Espacios
Hoy empecé la clase con la anécdota de las llaves ¿cuál? -preguntarás querido lector-, ambas anécdotas de las llaves, la primera más reciente y que me sirvió como ejemplo para la clase. La segunda mucho más antigua y que removió antiguas sensaciones, mientras caminaba hacia mi casa, recordé que no tenía llaves, así que cambié el rumbo y ahora, escribo esta historia ¿por qué? porque este espacio me sirve para eso, para sacar las cosas de mi cabeza y mi corazón. El dolor es una cosa curiosa, mis mejores historias han salido de dolores desgarradores y tristezas infinitas, esa tristeza que me hace tener pensamientos macabros cuando nadie me ve. Hoy volví a encontrarme con un momento de esos, no de dolor extremo, pero si de un recuerdo que se va de a ratitos; ese recuerdo me hizo preguntarme sobre comportamientos que llevo asumiendo hace bastante tiempo y si es necesario cambiarlos. Hoy mientras caminaba hacia mi trabajo, volvió una conversación a mi, como aguacer...