Diego Marroquín

Douleur:
 Del lat. dolor, -ōris.

1. m. Sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior exterior.
2. m. Sentimiento de pena y congoja.
dolor sordo
1. m. dolor que no es agudopero molesta sin interrupción.

Creía saber que es el dolor, creí haberlo conocido en su máxima expresión, pero todo es una suposición, es la punta del iceberg de un dolor mucho más profundo. Estimado lector, disculpe mi redacción, pero necesito sacar este sentir de mi pecho. 
Los amigos son la familia que uno escoge y tu fuiste la familia que yo escogí para mí, te moriste muy pronto, no pude disfrutarte todo el tiempo que hubiese querido. Tu eras la cabeza fría, siempre fuiste la mejor persona entre los dos, el paciente, el tranquilo, el que arreglaba las cosas con un abrazo, con una sonrisa, quien evitaba que yo peleara con la gente en la calle, también eras el desordenado, el intenso, el que estaba pendiente de hasta el más mínimo detalle, el que hacía ruiditos con las manos, con la boca, con los pies, eras un fastidio que le sacaba ritmo a cualquier objeto que tenía en las manos, fuiste el mejor maestro, eras mi calma, mi brisa de felicidad. 
Hoy recordé el día que casi no salgo de su casa porque mi mamá me quería matar, eran las 3 de la tarde y estaba castigada, no podía usar la puerta para salir de mi habitación, nadie dijo que no podía salir por la ventana, así que, puse el pasador, quité el candado, corrí la reja y me salí por la ventana, iba caminando hacia la cornisa, cuando sentí que algo se abría a mis pies,  eran las 3 de la tarde y yo acababa de poner el pie donde no debía, ergo, mi zapato quedó atrapado entre dos tejas, eso era más que muerte segura. Eran las tres de la tarde y mi mamá no sabía que me había salido por la ventana, que tenía atrapado el pie entre dos tejas, que la puerta de mi cuarto tenía llave, eran las tres de la tarde y luchaba con todas mis fuerzas para sacar el pie, estaba a punto de ponerme a llorar cuando escuché que alguien reía, alguien reía y a mí NO me causaba gracia; me voltee a mirar y encontré a quien sería mi mejor amigo de toda su vida (sí, la suya no la mía) voltee a mirar y un niño me ofreció ayuda, a pesar de que se reía, era mejor recibir su ayuda que la de mi mamá. Y sí señor, así fue, salió por su ventana y me ayudó a sacar el pie de entre las tejas, duramos un buen rato forcejenado y terminamos rompiendo otra teja más, al terminar me invitó a su casa, esa misma que se volvió mi refugio cuando todo andaba mal, así conocí a Diego Marroquín una tarde soleada del mes de Marzo. 
Hoy me senté a pensarlo y a contar todas las anécdotas suyas que llegaron a mi cabeza, todas esas que guardé y de las que nunca quise hablar, pensé en las tardes en el parque, en las noches en el tejado, en las horas sentados frente al televisor, recordé esos momentos en los que compartimos historias, dulces, salidas, pensé en la corta vida que viví a tu lado y lloré, lloré por la perdida tan grande que significaste, lloré porque odio al creador por haberte llevado tan pronto. 
Hoy también pensé en aquella vez que te gastaste la plata del semestre, fingías salir todas las mañanas a clase y hacías tareas para que tu mamá no sospechara, aún no sé como hizo para enterarse, a pesar de que duramos muchas horas falsificando el sello del banco que "certificaba" que habías pagado (esa fue la primera vez que hice una cosa por el estilo), recordé la rabia que le dio a tu mamá cuando se enteró que te habías mecateado en cositas lo del semestre, aún no recuerdo muy bien en que te lo gastaste, sólo tengo en mente una chaqueta que te acompañé a comprar, pero bien recuerdo el grito cuando se enteró, te puso a trabajar día y noche y yo me reía cada vez que te veía, "eso no se hace Diego" - te repetí tantas veces-. 
Hoy pensé en los días felices, pero también recordé los últimos días y como empezaron, recordé la tos, la fatiga, los ojos amarillos, aún no tengo claro como sucedió todo,c como te enfermaste, todo fue tan rápido, tan doloroso. A su vez, recordé las agujas, el dolor, las lágrimas, recordé tus últimas palabras, esas que llevo tatuadas en el alma "vernos siempre sonreír" esa fue nuestra promesa. Recuerdo la última vez que nos vimos, todos sabían que te ibas, menos yo, ese día tuvimos la conversación más banal de todas, no fui capaz de decirte lo mucho que te quería, lo importante que eras para mí, yo sé que lo sabías a pesar de que nunca fui capaz de decirlo, pero me hubiese gustado que lo escucharas de mis labios. 
Hablamos, hablamos un buen rato, hasta que se acabó el horario de visita, te veías agotado, yo no quería salir, la enfermera me pidió que me saliera, me prometió que te vería al día siguiente y como "la niña buena que era" salí, iba llegando al final del pasillo cuando recordé que te había llevado el libro que me habías prestado, ese que dijiste que describiría tu final y me devolví, escuché las ordenes, escuché los gritos y vi como te ibas, yo estaba en la puerta cuando la habitación se llenó de movimiento, "te quiero, te quiero, te quiero" empecé a gritar, pero era demasiado tarde y no lo alcanzaste a escuchar, me sacaron a rastras, se necesitaron dos personas para sacarme de tu habitación. Tu mamá estaba con la enfermera jefe haciendo un papeleo, al escuchar los gritos llegó corriendo pero ya era demasiado tarde.  
Hoy nos volvimos a ver después de 13 años de ausencia, tu mamá está mal, muy mal. Hoy me hizo devolverme en el tiempo, y me volví a sentir una niña, una adolescente, hoy observé tus libros, vi tu ropa, rasgué las cuerdas de la guitarra que no quiero volver a tener en mis manos y casi me siento en tu cama; miré por la ventana por la que entré tantas tardes de mi vida, en esa habitación solo faltas tú porque el resto está igual, la vida no ha pasado en esa casa. 
Lo triste es que fuera de ella si ha transcurrido el tiempo, hoy tendrías 30 años y serías un ingeniero ¿seguirías tocando la batería? ¿seguirías componiendo canciones? ¿seguirías doblando las hojas de los libros y rayándolos con resaltador para recordar lo importante? ¿seguiríamos siendo amigos?. Son muchas las preguntas que vienen a mi mente y que no puedo responder, son muchas las inquietudes que quedaron en mi, pero la más importante es ¿qué sería de mi vida si tu siguieras aquí? por supuesto que sería diferente y quizá no hubiese vivido la mitad de aventuras que viví, conocido a las personas que conocí, ni mucho menos querido a quienes quisé. Ayer me dediqué a buscar fotos y a borrarlas, la gran mayoría las perdí en mi computador, pero aún quedan unas que otras, ayer encontré una sonrisa que hoy en día no reconozco. 
Yo sólo sé, que ese tiempo que viví contigo cambió mi vida, he intentado seguir tu ejemplo, ser una buena persona, amable, trabajadora, estar siempre ahí con esas personas que se lo merecen, he aprendido a caminar sin ti y no romper esa promesa. 
Te quiero y no te olvido. 
LiTa 





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