Un mes
¿Cómo puedes extrañar tanto a alguien? ¿Cómo puedes sentir su ausencia como un vacío interminable del que no puedes salir? ¿Cómo puedes quererlo así, de esta manera como yo te quiero a ti?
Es domingo, y nuevamente esas palabras retumban en mi cabeza, es domingo y dejé que mi psique saliera afectada, es domingo y quiero un abrazo. Sé que te reirás ante esa afirmación. Yo, que soy parca y no me dejo tocar, sí, quiero un abrazo.
Hoy pensé y recordé lo divertido que era perseguirte y molestarte. A su vez recordé lo mucho que me gustaba tu sonrisa, lo mucho que me gustaba reír contigo, o quedarnos tirados en el pasto sin decir nada. Eras de esas pocas personas que no les incomodaba el silencio y me dejaba ser yo, sin necesidad de parlotear todo el tiempo. Recordé los momentos incómodos que te hice vivir y como me los cobraste uno a uno, recordé las metidas de pata, los golpes, los gritos, las promesas, recordé las conversaciones extrañas a media noche, las cosquillas, los caminos recorridos. Cierro los ojos por un momento y vuelvo a escuchar el teléfono, vuelvo a sentir la desesperación después de la llamada, el dolor al saber que ya no volverías a ser.
No entiendo como alguien puede decidir acabar su vida sin mirar atrás, no entiendo como te fuiste sin decir adiós y me dejaste aquí, nuevamente sola. No entiendo como no puedes regañarme al menos una vez más, porque siento que lo necesito, pero mis jalones de orejas no son tan efectivos como los tuyos. No entiendo como me dejaste así, con un nuevo abismo bajo mis pies y unas ganas constantes de llorar, de gritar, de correr, de golpear a alguien.
Llevo un mes sin verte, sin hacerte saltar, sin bailar contigo, llevo un mes repitiendo ese último mensaje, repitiendo cada uno de ellos y esperando que todo esto sea una pesadilla, que me despierte de un sueño largo como el que no he tenido en largo tiempo, despertarme y que tu bombillito virtual se ponga en verde, se ponga en verde y sepa que estás al otro lado. Que me digas que quieres aparecer en mi vida, o que tienes que hacer vueltas y me sobornes con un helado , quiero volver a tener una tarde como esas que tuvimos hace mucho tiempo, quiero volver a compartir un espacio contigo.
El teléfono sonó a la 1 am y en medio de mi fantasía esperaba que fueras tú el que llamaba para hacerme alguna pregunta o contarme alguna pendejada que se te ocurrió y de repente sentí como mi corazón se llenó de dicha, esa misma dicha que no siento hace un mes. El teléfono sonó pero esta vez no eras tu quien llamaba, nunca más sonará tu voz al otro lado del auricular, nunca más serás tú el que aparezca en una estación de transmilenio a ayudarme a lidiar con mi aflicción o el que me permita pegarme a su pecho para calmar la ansiedad.
Dime como hago para lidiar con este vacío que dejas, con esta enfermedad sin cura, con esta herida abierta.
Cada día me despierto y uso esa mascara que tanto odiabas, "LiTa, deja de fingir que estás bien, arriba ese animo y vamos a comer helado", me decías cada vez que veías que mis problemas me estaban sobrepasando. ¿ahora quién se va a fijar en las pequeñas cosas?
Dueles niño, tu ausencia duele y no me acostumbro, no puedo con ella, me sobrepasa. Hace un mes me dueles y no me hago a la idea de que en algún momento dejes de doler.
Te quiero enano.
Todo mi amor para ti.
LiTa
Es domingo, y nuevamente esas palabras retumban en mi cabeza, es domingo y dejé que mi psique saliera afectada, es domingo y quiero un abrazo. Sé que te reirás ante esa afirmación. Yo, que soy parca y no me dejo tocar, sí, quiero un abrazo.
Hoy pensé y recordé lo divertido que era perseguirte y molestarte. A su vez recordé lo mucho que me gustaba tu sonrisa, lo mucho que me gustaba reír contigo, o quedarnos tirados en el pasto sin decir nada. Eras de esas pocas personas que no les incomodaba el silencio y me dejaba ser yo, sin necesidad de parlotear todo el tiempo. Recordé los momentos incómodos que te hice vivir y como me los cobraste uno a uno, recordé las metidas de pata, los golpes, los gritos, las promesas, recordé las conversaciones extrañas a media noche, las cosquillas, los caminos recorridos. Cierro los ojos por un momento y vuelvo a escuchar el teléfono, vuelvo a sentir la desesperación después de la llamada, el dolor al saber que ya no volverías a ser.
No entiendo como alguien puede decidir acabar su vida sin mirar atrás, no entiendo como te fuiste sin decir adiós y me dejaste aquí, nuevamente sola. No entiendo como no puedes regañarme al menos una vez más, porque siento que lo necesito, pero mis jalones de orejas no son tan efectivos como los tuyos. No entiendo como me dejaste así, con un nuevo abismo bajo mis pies y unas ganas constantes de llorar, de gritar, de correr, de golpear a alguien.
Llevo un mes sin verte, sin hacerte saltar, sin bailar contigo, llevo un mes repitiendo ese último mensaje, repitiendo cada uno de ellos y esperando que todo esto sea una pesadilla, que me despierte de un sueño largo como el que no he tenido en largo tiempo, despertarme y que tu bombillito virtual se ponga en verde, se ponga en verde y sepa que estás al otro lado. Que me digas que quieres aparecer en mi vida, o que tienes que hacer vueltas y me sobornes con un helado , quiero volver a tener una tarde como esas que tuvimos hace mucho tiempo, quiero volver a compartir un espacio contigo.
El teléfono sonó a la 1 am y en medio de mi fantasía esperaba que fueras tú el que llamaba para hacerme alguna pregunta o contarme alguna pendejada que se te ocurrió y de repente sentí como mi corazón se llenó de dicha, esa misma dicha que no siento hace un mes. El teléfono sonó pero esta vez no eras tu quien llamaba, nunca más sonará tu voz al otro lado del auricular, nunca más serás tú el que aparezca en una estación de transmilenio a ayudarme a lidiar con mi aflicción o el que me permita pegarme a su pecho para calmar la ansiedad.
Dime como hago para lidiar con este vacío que dejas, con esta enfermedad sin cura, con esta herida abierta.
Cada día me despierto y uso esa mascara que tanto odiabas, "LiTa, deja de fingir que estás bien, arriba ese animo y vamos a comer helado", me decías cada vez que veías que mis problemas me estaban sobrepasando. ¿ahora quién se va a fijar en las pequeñas cosas?
Dueles niño, tu ausencia duele y no me acostumbro, no puedo con ella, me sobrepasa. Hace un mes me dueles y no me hago a la idea de que en algún momento dejes de doler.
Te quiero enano.
Todo mi amor para ti.
LiTa
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