Crisis
Hoy la vida, las palabras y todo lo que está a mi alrededor está desordenado.
Hace frío, mucho frio y yo solo pienso en dejar todo tirado. Es curioso volver a este estado cuando llevas días de felicidad absoluta, pero luego recuerdas que tus demonios están ahí, esperando a que te descuides para atacar y finalmente todo se junta y la más mínima palabra te afecta hasta decir no más.
Hoy lloro, a pesar de que estoy en un lugar que me genera calma, lloro, lo hago porque me siento agotada, lloro porque quiero un abrazo, lloro porque siento un nudo en la garganta y un peso en la espalda. Lloro y no he parado de llorar, estoy en crisis y sigo sin saber por qué.
Hace unos mínutos pensaba en dejar los sesos esparcidos en el pavimento y conforme pasan los segundos me parece cada vez mejor idea. Luego algo en mi interior me recuerda que solo es una crisis y que en unas horas voy a estar mejor, esa misma voz me recuerda a Shakespeare "sin importar lo larga que sea la noche, siempre amanece" y recuerdo una noche que creí que sería eterna y que de un momento a otro, el sol salió y la calma retornó.
Me gustaría no callar las cosas para no entrar en crisis, me gustaría poder estar tranquila y no tener tantos demonios esperando a que me descuide para atacar, en el fondo sé que quiero un abrazo y como no lo voy a obtener, camino; camino para cansar el cuerpo y que no responda a los impulsos cerebrales; camino porque no se como más calmar mi alma; camino buscando la calma y voy piso por piso buscando una razón para seguir aquí.
Un amigo alguna vez me preguntó porqué me gustaba tanto el aeropuerto y porqué ante cada crisis siempre terminaba aquí, en su momento no supe que decirle, si hoy me lo preguntaras, te diría que es el ruido, ese ruido de tanto movimiento, de tantas historias lo que me da calma, porque me pierdo en historias ajenas mientras olvido la mía.
Hace frío, mucho frio y yo solo pienso en dejar todo tirado. Es curioso volver a este estado cuando llevas días de felicidad absoluta, pero luego recuerdas que tus demonios están ahí, esperando a que te descuides para atacar y finalmente todo se junta y la más mínima palabra te afecta hasta decir no más.
Hoy lloro, a pesar de que estoy en un lugar que me genera calma, lloro, lo hago porque me siento agotada, lloro porque quiero un abrazo, lloro porque siento un nudo en la garganta y un peso en la espalda. Lloro y no he parado de llorar, estoy en crisis y sigo sin saber por qué.
Hace unos mínutos pensaba en dejar los sesos esparcidos en el pavimento y conforme pasan los segundos me parece cada vez mejor idea. Luego algo en mi interior me recuerda que solo es una crisis y que en unas horas voy a estar mejor, esa misma voz me recuerda a Shakespeare "sin importar lo larga que sea la noche, siempre amanece" y recuerdo una noche que creí que sería eterna y que de un momento a otro, el sol salió y la calma retornó.
Me gustaría no callar las cosas para no entrar en crisis, me gustaría poder estar tranquila y no tener tantos demonios esperando a que me descuide para atacar, en el fondo sé que quiero un abrazo y como no lo voy a obtener, camino; camino para cansar el cuerpo y que no responda a los impulsos cerebrales; camino porque no se como más calmar mi alma; camino buscando la calma y voy piso por piso buscando una razón para seguir aquí.
Un amigo alguna vez me preguntó porqué me gustaba tanto el aeropuerto y porqué ante cada crisis siempre terminaba aquí, en su momento no supe que decirle, si hoy me lo preguntaras, te diría que es el ruido, ese ruido de tanto movimiento, de tantas historias lo que me da calma, porque me pierdo en historias ajenas mientras olvido la mía.
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