El elefante de la habitación
Hay un elefante en mi habitación, y en fechas como esta siento como sale de mi pecho y aplasta todo a su alrededor; las flores del jardín; las materas nuevas que se consiguieron; el farol de la llave escondida; la casita que con tanto esfuerzo he construido en mi pecho se ve afectada por su presencia y a la larga, deja todo como el caos que fui inicialmente.
Faltan pocos minutos para que nuevamente llegue el 27 y a mi cabeza llegas como un aguacero, eres el elefante de mi habitación, la herida sangrante que me desgarra el pecho y con ella llegan las enormes ganas de llorar.
Me gusta celebrar tu vida, cada año lo intento y busco formas diferentes de hacerlo, pero también me apago en el aniversario de tu partida, y a pesar de que han pasado casi 13 años, aún no me acostumbro a decirle el aniversario de tu muerte.
Este año quise hacer algo diferente, porque fue un número importante, y me remití a la historia del día que nos conocimos, la historia del pie atrapado en el tejado. Y por más que te he pensado en estos días, aún no se me ocurre qué escribir, es como si mi cabeza estuviera borrando cada una de las anécdotas que tenía contigo, creo que es la consecuencia más nefasta del paso del tiempo. Mientras devanaba mis sesos intentando pensar una historia del pasado, decidí contarte esta:
Hace días casi tiro la toalla, nuevamente me encontraba en ese punto de quiebre en el que me desespero y no escucho razones, ni esas mismas que me invento para intentar calmarme.
Hay un tema que me tiene desesperada, que me tiene la cabeza loca y me ha dado vueltas por los últimos meses, de ser creyente, le pediría a dios una respuesta o una señal, pero ese barco partió hace demasiado tiempo. En fin, sabes que soy experta dándole vueltas a ciertos temas y que me puedo enloquecer fácilmente con ellos, pero por primera vez en bastante tiempo siento que estoy entrando a una etapa feliz de mi vida, sin fantasmas del pasado y luego... bah, creo que lo que me falta es eso, me falta tu pecho cálido para llorar, tus abrazos reparadores y tus poderosos regaños. Creo que cambiaría todo lo que tengo y todo lo que soy por un abrazo tuyo en especial; sé que eso no es lo que quisieras leer (como si realmente fueras a leer esto) pero en lo más profundo de mi corazón, eso es lo único que deseo.
No querido amigo, yo no te olvido a pesar de que no existen pruebas físicas de tu existencia y en las noches más oscuras creo que eres el invento más macabro de mi imaginación; no te olvido y te cargo en mi corazón día a día, a veces la memoria me juega malas pasadas y como hoy no puedo recordar nada de lo que vivimos en tu corta estadía en esta tierra, pero el cariño, a pesar del tiempo, sigue ahí, como una constante, haces parte de esa constante de mi vida.
Dentro de unos minutos, quizá horas, hace 13 años este mundo extinguió tu sonrisa.
Hoy, te dedico este intento de escrito para recordarte.
Todo mi amor para ti,
LiTa
Faltan pocos minutos para que nuevamente llegue el 27 y a mi cabeza llegas como un aguacero, eres el elefante de mi habitación, la herida sangrante que me desgarra el pecho y con ella llegan las enormes ganas de llorar.
Me gusta celebrar tu vida, cada año lo intento y busco formas diferentes de hacerlo, pero también me apago en el aniversario de tu partida, y a pesar de que han pasado casi 13 años, aún no me acostumbro a decirle el aniversario de tu muerte.
Este año quise hacer algo diferente, porque fue un número importante, y me remití a la historia del día que nos conocimos, la historia del pie atrapado en el tejado. Y por más que te he pensado en estos días, aún no se me ocurre qué escribir, es como si mi cabeza estuviera borrando cada una de las anécdotas que tenía contigo, creo que es la consecuencia más nefasta del paso del tiempo. Mientras devanaba mis sesos intentando pensar una historia del pasado, decidí contarte esta:
Hace días casi tiro la toalla, nuevamente me encontraba en ese punto de quiebre en el que me desespero y no escucho razones, ni esas mismas que me invento para intentar calmarme.
Hay un tema que me tiene desesperada, que me tiene la cabeza loca y me ha dado vueltas por los últimos meses, de ser creyente, le pediría a dios una respuesta o una señal, pero ese barco partió hace demasiado tiempo. En fin, sabes que soy experta dándole vueltas a ciertos temas y que me puedo enloquecer fácilmente con ellos, pero por primera vez en bastante tiempo siento que estoy entrando a una etapa feliz de mi vida, sin fantasmas del pasado y luego... bah, creo que lo que me falta es eso, me falta tu pecho cálido para llorar, tus abrazos reparadores y tus poderosos regaños. Creo que cambiaría todo lo que tengo y todo lo que soy por un abrazo tuyo en especial; sé que eso no es lo que quisieras leer (como si realmente fueras a leer esto) pero en lo más profundo de mi corazón, eso es lo único que deseo.
No querido amigo, yo no te olvido a pesar de que no existen pruebas físicas de tu existencia y en las noches más oscuras creo que eres el invento más macabro de mi imaginación; no te olvido y te cargo en mi corazón día a día, a veces la memoria me juega malas pasadas y como hoy no puedo recordar nada de lo que vivimos en tu corta estadía en esta tierra, pero el cariño, a pesar del tiempo, sigue ahí, como una constante, haces parte de esa constante de mi vida.
Dentro de unos minutos, quizá horas, hace 13 años este mundo extinguió tu sonrisa.
Hoy, te dedico este intento de escrito para recordarte.
Todo mi amor para ti,
LiTa
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