María
Allí, sentada en las escaleras de la facultad, recordó todo lo que había hecho un día como hoy. Sonrío por los momentos vividos y luego recordó porqué estaba sentada allí, la mirada sombría volvió a su rostro. Ya sólo le quedaba esperar.
Miró las manecillas del reloj, sólo habían pasado 5 minutos desde que las observó la última vez, comentó en voz alta -aunque nadie más estaba allí con ella- que le parecía más romántica la idea de usar su reloj de muñeca para dar la hora, que sacar el celular del bolsillo para hacerlo. Volvió a mirar el reloj y se empezó a desesperar. ¿por qué siempre tiene que llegar tarde? -se preguntó.
El tiempo es tan relativo, que cuando te haces consiente de su paso, se ralentiza y justo ese era el caso de nuestra protagonista. Pasó media hora, lo que a ella le pareció una eternidad y cuando estaba lista para retirarse, llegó Andrés; al verlo, su corazón se detuvo por un segundo, y sintió como la carta que llevaba en su bolsillo le pesó mil kilos.
Andrés la saludó y la abrazó, ella sintió como su corazón latía rápidamente y todo lo que había escrito dejaba de importarle. Dio un paso hacía atrás y Andrés entendió que algo estaba mal. Ella sabía que si se quedaba mucho tiempo no iba a ser capaz de entregarle la carta así que "al mal paso, darle prisa" Y saco de su bolsillo la carta, con su mano temblorosa la extendió para que Andrés la agarrara, no era más que un papel arrugado y sucio. Andrés la desdobló cuidadosamente y se dedicó a leer.
"Querido Andrés,
Te escribo esta misiva con el fin de terminar lo nuestro, te quiero pero no lo soporto más, estoy cansada de todo lo que ha sucedido últimamente, estoy cansada de tu trato, de tus mentiras, de las evasiones o las explicaciones a medias, cansada de las excusas y de las mujeres que rondan tu vida sin mayor razón de ser; me gustaría que aprendieras a ser sin ellas, que dejes de hablarles al menos por un tiempo para saber qué, pero no, para ti al parecer son muy importantes. También estoy cansada que en tu vida no existo, que en muchas ocasiones soy un 0 a la izquierda. Espero entiendas mis razones para no verte más.
Te escribo esta misiva con el fin de terminar lo nuestro, te quiero pero no lo soporto más, estoy cansada de todo lo que ha sucedido últimamente, estoy cansada de tu trato, de tus mentiras, de las evasiones o las explicaciones a medias, cansada de las excusas y de las mujeres que rondan tu vida sin mayor razón de ser; me gustaría que aprendieras a ser sin ellas, que dejes de hablarles al menos por un tiempo para saber qué, pero no, para ti al parecer son muy importantes. También estoy cansada que en tu vida no existo, que en muchas ocasiones soy un 0 a la izquierda. Espero entiendas mis razones para no verte más.
Pd: Quiero que entiendas que para mí el amor, es sacar todo del alma y darlo, así como si fuera cascada -así no se reciba nada a cambio, obvio- y no como si fueran goteritas. Yo no quiero un poliamor, como eso que tu me ofreces, yo quiero un politodo. No quiero buscar pedacitos de cosas en mucha gente, si no que una sola persona me de pedacitos -o todo, vaya uno a saber como funciona el asunto- de muchas cosas.
Te Quiere,
María"
Andrés terminó de leer aquella misiva y al levantar la mirada, no encontró a María, se fue sin despedirse. Dobló cuidadosamente el papel y examinó lentamente sus sentimientos, él tampoco quería un poliamor, que según María escribía era lo que él le ofrecía, él quería justo lo que vivía a su lado.
Intentó llamarla a su teléfono, pero estaba apagado; decidió ir a su casa, pero su mamá le dijo que no se encontraba; visitó cada uno de los lugares en los que creyó encontrar a María, pero no la encontraba; llamó a sus amigos y no dio con ella así que decidió irse a su casa, mientras caminaba a su cabeza llegaron muchos recuerdos y sentía como las lágrimas se agolpaban en sus ojos. El cansancio empezó a afectarlo y el peso de la realidad a doblegarlo.
Intentó llamarla a su teléfono, pero estaba apagado; decidió ir a su casa, pero su mamá le dijo que no se encontraba; visitó cada uno de los lugares en los que creyó encontrar a María, pero no la encontraba; llamó a sus amigos y no dio con ella así que decidió irse a su casa, mientras caminaba a su cabeza llegaron muchos recuerdos y sentía como las lágrimas se agolpaban en sus ojos. El cansancio empezó a afectarlo y el peso de la realidad a doblegarlo.
Duró varios días buscándola en cada uno de los lugares que le había presentado, pero mientras más días pasaban su sonrisa se desdibuja hasta que un día la olvidó por completo, ¿y el vacío en su corazón? lo llenó alguien más. A la larga, los seres humanos no son indispensables, al parecer el amor es un sentimiento que termina siendo pasajero.
Un día, mientras caminaba por la ciudad la volvió a ver, María era solo risa y movimiento, risa y paz, le costó mucho trabajo parar de mirarla, ella al parecer no lo vio o quizá si lo hizo pero no lo recordaba. Mientras más la observaba, más pensamientos llegaban a su cabeza y justo en ese momento entendió algo que le tomó bastante tiempo entender, así como ella le pidió en tantas ocasiones, que aprendiera a ser sin las otras mujeres de su vida, el aprendió a ser él sin ella, pero a la larga, la vida sería más dulce si ella estuviese a su lado.
Un día, mientras caminaba por la ciudad la volvió a ver, María era solo risa y movimiento, risa y paz, le costó mucho trabajo parar de mirarla, ella al parecer no lo vio o quizá si lo hizo pero no lo recordaba. Mientras más la observaba, más pensamientos llegaban a su cabeza y justo en ese momento entendió algo que le tomó bastante tiempo entender, así como ella le pidió en tantas ocasiones, que aprendiera a ser sin las otras mujeres de su vida, el aprendió a ser él sin ella, pero a la larga, la vida sería más dulce si ella estuviese a su lado.
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