18 Agosto de 2014

Unos párrafos que no se volvieron historia del 2014.


Y luego, desperté, llegó el silencio, todo en mi habitación estaba lleno de silencio, mi gato aún dormía y yo, intentaba retomar mi sueño, ese sueño maravilloso de la mujer que amé, esa que al parecer me amó y que dijo que pasaríamos nuestra vida juntos. "Nuestra". Esa palabra aún retumba en mi cabeza. ¿para qué tantas promesas, para qué?. Sólo quiero cerrar los ojos y volver a eso, a mi muerte, me sentía tan tranquilo contemplando su rostro, me sentí tan feliz cuando despidió mi alma resquebrajada. Intento volver a soñar; sólo quiero poder contemplar mis últimos 50 años de vida sin ella. Quisiera poder arreglar las cosas, pero es imposible, yo lo sé y ella lo sabe. Sólo me queda el silencio.

Los días han pasado y el silencio que llenó mi vida era insoportable, cada minuto que pasaba mi cuerpo recibía con más fuerza ese silencio, ese que correspondía a haber pasado todo ese tiempo con la melodía de su risa y de su voz, con sus abrazos y sus besos. ¿por qué no puedo seguir con ella?. Me maldije. Maldije cada minuto, cada segundo, cada instante, la vida perdió su sabor, perdió su importancia, ya no era la misma sin ella.

Los días siguieron pasando y mi depresión seguía aumentando. No podía entender como deje ir la oportunidad más grande de mi vida, como deje ir a ese duendecillo que me despertaba con una sonrisa y me acostaba con otra, sin ella mi mundo perdía color. ¿mundo?, sin ella no había mundo, sin ella yo estaba olvidado en la nada. No había con quien hablar de ella y en realidad no quería hablar de ella, su recuerdo era sólo mío y no quería compartirlo con nadie. Nunca quise compartirla con nadie.

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