Lo que no escribes es como si no lo vivieras
Hay muchas frases que no sé si se me ocurrieron a mí, las escuché en alguna parte o las leí en algún lugar y las terminé robando, esta es una de esas.
"Lo que no escribes es como si no lo vivieras"
Teniendo en cuesta este principio voy a narrar una historia que viví
Cierras los ojos y te encuentras en un momento de tu vida totalmente diferente, los cierras y te das cuesta que dejaste de soñar con ese alguien que te acompaño durante muchos años, penetras ese espacio donde sólo habían recuerdos de esa persona y lo encuentras vacío, ya no es lo que era antes, no sabes que hacer, es como quedar desnudo en medio de la nada.
Pasa el tiempo y te das cuenta que has perdido el empeño en verle, en hablarle, en saber si está vivo o no. Dejas de hacer ciertas cosas que en su momento fueron sistemáticas y tu rutina cambia. Sigues sin saber en qué reside el cambio, pero lo haces e intentas no mirar atrás.
Abres los ojos y comienzas con una nueva lucha, un nuevo presente que no se parece en nada al que soñaste para ti, ese que duraste tantos años construyendo, te das cuenta que todo eso que deseaste ya no está. No entiendes como todo pudo cambiar tan rápido. -Como si más de un año fuera una medida de tiempo corta-.
Piensas en tu presente y sonríes, ¿por qué lo haces? por lo que le acontece. Te ríes porque no entiendes como pudiste llegar hasta ese punto con alguien que no conoces. La racionalidad me abandonó hace días y hasta ahora está volviendo -realmente siempre estuvo ahí, sólo que hasta ahora la escucha-. No sabes hacer nada más diferente a reír, porque de Julio a Octubre, el cambio fue inesperado. No entiendes como una suma de eventos te pueden devolver eso que creíste perdido tanto tiempo.
Vuelves a cerrar los ojos -Como si en ese espacio fuera a encontrar algo- y mientras lo haces, llega a ti una canción, una que no escuchabas hace mucho tiempo, que por azar del destino llegó a tu cabeza en una mañana fría.
Dentro de unos días le daré un significado a este azar del destino, por el momento, me sentaré en el balcón, buscaré el horizonte y me dedicaré a perderme en el ritmo.
"Lo que no escribes es como si no lo vivieras"
Teniendo en cuesta este principio voy a narrar una historia que viví
Cierras los ojos y te encuentras en un momento de tu vida totalmente diferente, los cierras y te das cuesta que dejaste de soñar con ese alguien que te acompaño durante muchos años, penetras ese espacio donde sólo habían recuerdos de esa persona y lo encuentras vacío, ya no es lo que era antes, no sabes que hacer, es como quedar desnudo en medio de la nada.
Pasa el tiempo y te das cuenta que has perdido el empeño en verle, en hablarle, en saber si está vivo o no. Dejas de hacer ciertas cosas que en su momento fueron sistemáticas y tu rutina cambia. Sigues sin saber en qué reside el cambio, pero lo haces e intentas no mirar atrás.
Abres los ojos y comienzas con una nueva lucha, un nuevo presente que no se parece en nada al que soñaste para ti, ese que duraste tantos años construyendo, te das cuenta que todo eso que deseaste ya no está. No entiendes como todo pudo cambiar tan rápido. -Como si más de un año fuera una medida de tiempo corta-.
Piensas en tu presente y sonríes, ¿por qué lo haces? por lo que le acontece. Te ríes porque no entiendes como pudiste llegar hasta ese punto con alguien que no conoces. La racionalidad me abandonó hace días y hasta ahora está volviendo -realmente siempre estuvo ahí, sólo que hasta ahora la escucha-. No sabes hacer nada más diferente a reír, porque de Julio a Octubre, el cambio fue inesperado. No entiendes como una suma de eventos te pueden devolver eso que creíste perdido tanto tiempo.
Vuelves a cerrar los ojos -Como si en ese espacio fuera a encontrar algo- y mientras lo haces, llega a ti una canción, una que no escuchabas hace mucho tiempo, que por azar del destino llegó a tu cabeza en una mañana fría.
Dentro de unos días le daré un significado a este azar del destino, por el momento, me sentaré en el balcón, buscaré el horizonte y me dedicaré a perderme en el ritmo.
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